domingo, 27 de noviembre de 2011

RAIN

Con la cámara de fotos en la mano, sale cogiendo de paso una galleta de la encimera. Se pone a toda prisa sus zapatillas favoritas y no se molesta en abrir la vaya. La salta. Se da cuenta de que llueve y se encoge de hombros ¡Nada la va a parar! Corre a ratos, solo cuando siente gusto por hacerlo, las gotas de agua resbalan por sus mejillas corriendo el rimel que con nada de esmero se a puesto antes de salir. Enciende la cámara y se hace una foto. Gira la calle hacia un parque vacío, normal, esta lloviendo, y le hace una foto al columpio que todavía se balancea perezoso, luego otra, con sus dedos delante. Se cuelga la cámara del cuello y se quita la chaqueta ¡Como la gusta sentir las gotas muriendo en su piel! De repente se le ocurre una idea y agradece que su padre le comprara una cámara a prueba de agua. La coloca en el columpio y pone el temporizador. 2 segundos. Eso es lo que tarda en ponerse delante de la cámara con los brazos en cruz y el rostro hacia el cielo, saboreando con su lengua las dulces gotas de agua. Cuando se dispara la foto ella grita:

-¡La lluvia me confunde!

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